La
palabra DESAYUNO viene del latín “dis-iunare”, que quiere decir
“romper el ayuno” lo que da comienzo a la actividad cotidiana del
día a día.
Hay
muchos estudios en los que se muestra que el desayuno y el
rendimiento escolar están muy relacionados, pero el desayuno no es
imprescindible únicamente en esta época, también se relaciona con
el rendimiento en el trabajo, tanto en actividad física como en una
actividad que requiera concentración.
Consideramos
un buen desayuno aquel que aporta un 25% de las calorías totales que
consumimos al día. Dedicándole unos 15 minutos en una atmósfera
relajada y tranquila. Y debe estar constituido por cereales (pan,
cereales de desayuno, tostada, galletas), lácteos (vaso de leche,
yogur, queso tierno) y alguna pieza de fruta. También puede incluir
una parte proteica como huevo, jamón bajo en grasas, queso, etc.
¿Por
qué debemos tomar desayuno?
Después
de 10 o más horas de ayuno necesitamos energía y nutrientes para
poder realizar bien nuestras actividades diarias. Algunas
consecuencias de no desayunar, o sólo tomar un vaso de leche o café,
provoca fatiga, pérdida de energía, mal humor, falta de
concentración, baja el rendimiento físico... todo ello causado,
fundamentalmente, por la falta de glucosa en el cuerpo (al desayunar
elevamos los niveles de glucosa y ayudamos al cuerpo a funcionar con
mayor eficacia). Además si no se toma el desayuno es muy difícil
cubrir las cantidades nutricionales diarias recomendadas, y estudios
recientes afirman que desayunar ayuda a acelerar el metabolismo, por
lo que es beneficioso para prevenir y combatir la obesidad.
Principales
pegas por las que no se toma el desayuno.
La
falta de tiempo y la falta de hambre por la mañana son las
principales causas por las que nos saltamos el desayuno. Pero ésto
debemos cambiarlo.
Ponte
el despertador sólo 10 minutos antes y tendrás tiempo de tomarte el
desayuno antes de salir corriendo a hacer tu labor cotidiana. Debes
tomarte esos 10 minutos para sentarte y desayunar con tranquilidad.
La
falta de hambre por las mañanas es simplemente por el hábito, y
como tal hay que ir educando poco a poco al cuerpo y acostumbrarse a
desayunar. Por lo que podemos empezar introduciendo unos desayunos
ligeros hasta que lleguemos al desayuno correcto.
¿Qué
no debe faltar en tu desayuno?
Un
desayuno correcto no es tomarse una taza de café, un vaso de leche o
un zumo y sin ni siquiera sentarnos. Los ingredientes de un buen
desayuno son:
- Lácteo. La diferencia entre lácteos desnatado o enteros está en la cantidad de grasa, no en la de calcio. por lo que debemos optar por lácteos desnatados o semidesnatados. También podemos sustituir el vaso de leche por 2 yogures (sin azúcar mejor) o queso fresco (unos 50 gramos).
- Cereal. Pan, cereales de desayuno, galletas, son las mejores opciones que tenemos. Entre ellos preferimos los cereales de desayuno ricos en fibra, vitaminas y minerales (evitando los cereales de desayuno con gran cantidad de azúcares). Otra de las opciones que tenemos es el pan, un alimento catalogado como que “engorda mucho”, pero esta fama le viene por los acompañamientos que suele llevar tales como mantequilla, margarina, salsas, embutidos grasos, etc. Sin embargo es recomendado por su riqueza en Hidratos de Carbono (que son la base de la alimentación). Debemos elegir preferentemente el pan integral o de cereales, al igual que pasa con las galletas, es mejor elegir las que sean bajas en grasas y ricas en fibra.
- Fruta. Una pieza de fruta es lo ideal para completar un buen desayuno. Sabemos que por falta de tiempo se suele saltar esta parte del desayuno o cambiarla por un vaso de zumo. Siempre debemos optar por la pieza de fruta, pero si escogemos tomarnos un vaso de zumo debe ser de fruta natural y no los comerciales ya que llevan mucha cantidad de azúcares.
- Proteína. Podemos completar el desayuno con una porción de proteínas añadiendo un poco de jamón bajo en grasas, queso o huevo cocido.